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RIQUEZA NATURAL

CONANP

Los arrecifes

Son los concentradores de alta diversidad marina. En el sureste forman un cinturón, el segundo más largo del mundo, el Sistema Arrecifal del Caribe Mesoamericano que va de la costa oriental de la Península de Yucatán, a lo largo de la costa de Quintana Roo hasta Honduras; se presentan, además, en forma aislada en el Golfo de México, desde Tuxpan, frente a Veracruz; en Cayo Arcas, frente a Campeche; y en Alacranes, al norte de Yucatán. Son el producto de aguas claras y temperaturas cálidas en el océano, en donde millones de microorganismos forman una estructura de textura irregular, que va concentrando una amplia gama de formas de vida marina: corales duros y blandos, esponjas, celenterados, gusanos marinos, caballitos y estrellas de mar, así como una amplia diversidad de crustáceos, moluscos y peces. Los arrecifes forman un fabuloso paisaje de formas variadas, a veces redondeadas, a veces agudas o cerebroides, en donde se insertan otros animales y plantas. En algunas zonas, el arrecife muestra bosques de abanicos, en donde los ondulantes tentáculos de las anémonas permiten a los peces damisela que las limpian de detritos, o fulminan a otros que tengan a mal caer en ellos. Las covachas y recovecos refugian obscuros depredadores, como la morena y los tiburones, que esporádicamente asoman sus cabezas en busca de alguna presa.

El arrecife es un hervidero de actividad, cientos de peces de diversos colores pululan en trayectos cortos a lo largo de toda su rugosidad, ante el temor de un ataque. Los extraños peces sapo y loro, merodean mordisqueando el coral del cual se alimentan. Las sardinas forman nubes plateadas que menguan a media agua y cambian de rumbo en forma súbita ante estímulos de terror por la presencia de alguna mancha de barracudas. A veces, las tortugas y las mantarrayas pasan con elegantes aleteos, emulando el vuelo de las aves. Sobre la estructura del arrecife, los cangrejos desnudos caminan en busca de alimento y los pulpos se asoman desde alguna cavidad. En el fondo arenoso, el pez torpedo y la pastinaca se disimulan en la arena moviendo sus largas aletas laterales. La noche se convierte en una sinfonía visual, cuando medusas de diversas especies danzan armónicamente, proyectando sus mortales tentáculos para capturar a alguna presa y emitiendo hermosas señales luminosas de significado desconocido.

Las islas

México es un país rico en islas. Unas se formaron por deriva continental, como las Islas Marías, y otras por emersión volcánica, como las Revillagigedo.Las islas concentran una enorme cantidad de formas de vida únicas por su separación de otras tierras y por su dificultad de acceso y colonización para cualquier forma de vida.

Suelen ser paraíso para el refugio y reproducción de aves marinas, focas, leones marinos, delfines y ballenas.

Las islas de deriva suelen ser más ricas, debido a que contaban con flora y fauna en el momento de su separación de otras masas de la tierra. Así, en las Islas Marías existe una rica floresta tropical que soporta variedades propias de loros y una especie de boa. Otra característica propia de estas islas es la presencia de anfibios, debido a que ellos no pueden sobrevivir en aguas saladas.
Las islas de emersión, como las Revillagigedo, son verdaderos laboratorios de colonización y evolución, tanto vegetal como animal. Carentes de vida y suelo en el momento de su formación, a ellas sólo pueden acceder organismos que se dispersan por aire a grandes distancias, esporas de hongos, musgos, helechos; arañas y ácaros; aves, murciélagos y semillas que ellos llevan en sus excrementos. O bien, formas de vida que se dispersan en el agua de mar o que acceden en vehículos sobre ellas; animales que flotan sobre troncos o semillas que llegan a ellos. Por lo anterior, casi todas las formas de vida insulares evolucionan formando variedades propias y aisladas, que resultan únicas a cada isla y que, además, presentan una enorme fragilidad ante los cambios que pueda realizar el hombre.

Los humedales: pantanos, lagunas, marismas y manglares

Son la fábrica de alimento de la producción pesquera. Sus aguas productivas, lentas o estáticas, permiten el florecimiento de ricos microorganismos que sirven de alimento a las larvas y adultos de los camarones, langostinos y otros valiosos crustáceos, así como de miles de especies de peces de gran importancia, no sólo para el mantenimiento de la vida silvestre, sino como productos de consumo humano.

Los humedales salobres que se encuentran en los pantanos, esteros y lagunas costeras, suelen ser manglares, marismas y petenes, que tienen un aporte grande de agua de mar. Los dulceacuícolas, que se encuentran en los lagos, ríos y manantiales, son los popales y tulares, aunque a veces pueden tener algo de salinidad proveniente de suelos fósiles de origen marino que están actualmente muy lejos de la costa.

El paisaje de los manglares es único, debido a las abundantes y ensortijadas raíces aéreas y respiraderos que éstos árboles tienen, así como al color rojizo que la masa forestal aporta a las aguas y el característico olor a metano que produce la descomposición de millones de toneladas de materia orgánica que aporta el mismo ecosistema y las aguas afluentes. En los manglares del sur de Chiapas, que son los más desarrollados de nuestro país, el extraño gobio cuatro ojos es un pez que suele trepar a las raíces del mangle a calentarse con el sol. Los manglares son ricos en hormigas y termitas, razón por la cual se encuentran los osos hormigueros que deambulan entre el follaje, y además grandes parvadas de cotorras y pericos que aprovechan los nidos abandonados de las termitas para reproducirse. Tampoco es extraño hallar enormes e inofensivas boas deambulando en el entorno.

En los humedales hipersalinos de la península de Yucatán, los flamencos tiñen de carotenoides los bajos, por alimentarse con las artemias, crustáceos que les proporcionan su característico color. En la temporada invernal, las manchas coloridas de los flamencos, se alternan con la blancura de los pelícanos migratorios.

Los petenes son formaciones de árboles que se levantan, en forma de anillo, en la plana y pastosa superficie de las marismas. Se forman alrededor de un venero de agua dulce que suaviza las aguas y permite el crecimiento de vegetales más diversos. Mientras que los popales son ecosistemas herbáceos que contienen una especie de platanillo de hojas anchas, mafafas de enormes hojas y palmas; y tienen aguas dulces y claras, con profusas formaciones de nenúfares y ninfas.

Los petenes y popales son el hábitat preferido del manatí, el robalo, la espátula rosada, la gallineta de agua, las tortugas guau y chiquiguao, así como del extraño pejelagarto. En estos ecosistemas es común observar grandes cantidades de cangrejo azul y de cangrejo brazo fuerte, que mueve continuamente su enorme tenaza desarrollada en forma desproporcionada.

Los tulares tienen un aspecto erecto y pastoso, y son denominados por el tule y el jacinto de agua. En ellos se oculta la garceta parda que ladra como perro. Los tulares del centro y norte de México son importantes por las grandes cantidades de peces endémicos que hospedan y por ser el abrevadero de la fauna terrestre de regiones áridas.

Un ecosistema que merece especial atención es el de los cenotes, que sólo se pueden encontrar en los terrenos calizos denominados cársticos; y se forman por derrumbes de techo de cavernas con ríos subterráneos. Los cenotes suelen no tener comunicación superficial, por lo que desarrollan flora y fauna especiales, debido a que sólo se pueden dar en presencia de la luz solar. Aunque son tradicionalmente conocidos en la Península de Yucatán, los cenotes se encuentran en otras partes del país, como en Cuatrociénegas, Coahuila; la Medialuna, San Luís Potosí; y en varias partes de Tamaulipas, Querétaro y Chiapas. La fauna de los cenotes incluye tortugas, acociles, langostinos, cangrejos, aves y cientos de especies que acuden a beber sus aguas, pero son famosos los peces moli y los tetra ciegos. Cabe resaltar que los cenotes de Cuatrociénegas han sido declarados como ecorregión dulceacuícola con prioridad global que, además, se considera en grave peligro de extinción.

Los humedales son vitales como refugio de cientos de especies de aves establecidas o migratorias, como el flamenco rosado, el pelícano blanco, la cigüeña jabirú, el ganso canadiense, así como decenas de especies de patos, garzas y cormoranes. Además, ellos brindan el hábitat y refugio para las dos especies de cocodrilo mexicano, el de río y el de pantano, así como del caimán, que sólo se encuentra en la costa de Chiapas.


Última modificación :
11 de Noviembre del 2011 06:25:20 PM por la Dirección de Comunicación y Cultura para la Conservación