Palenque, a 24 años de su protección

Por: Violeta Corzo

Foto Archivo CONANP

Por la Carretera Federal núm. 199, después de dejar la antigua capital chiapaneca –San Cristóbal de las Casas–, un grupo de turistas guiados por lugareños va hasta el caudal del río Agua Azul, que desciende en innumerables albercas escalonadas y, que más adelante, al unirse a las aguas del Tulijá, forman una espectacular cortina.

Para los ojos del visitante están las formas y los colores de una riqueza vegetal incomparable, tan densa y variada como es de esperar en toda selva tropical, y la mirada se pierde en el azul añil del río que resalta por su lecho calizo. Para los oídos está la música del agua, que murmura al correr apacible o ensordece al despeñarse desde grandes alturas. El olfato descubre olores nuevos, aromas de origen vegetal, tan frescos y puros que se antojan para un perfume aún no capturado por la industria química.

Todo este entorno se encuentra alrededor de Palenque, Área Natural Protegida que recientemente cumplió 24 años de haber sido declarado así, y cerca del cual están las aguas turquesas del Shumuljá y –entre el verdor de Palos de Agua, Caobas, Chicozapotes y Canshanes– la cascada de Misoljá, con sus 30 metros de caída. Se antoja nadar en la poza donde cae el agua. Quien dispone de tiempo lo hace, aunque para otros es más fuerte el interés por seguir disfrutando de la riqueza natural del ecosistema o llegar a un tesoro resguardado por la selva: Palenque, la gran ciudad maya del periodo clásico descubierta a fines del siglo XVIII y de la que sólo se ha explorado una quinta parte, pues se han detectado ruinas bajo la capa vegetal en un área de 15 kilómetros cuadrados. La urbe surgió como una aldea por el año 100 antes de nuestra era, pero no fue sino hasta 700 años después cuando se convirtió en la capital de una amplia región.

El trazo de la ciudad incluye el Conjunto de la Cruz, el Palacio, el Juego de Pelota y una serie de edificaciones verdaderamente excepcionales que dan fe de la importancia que llegó a tener Palenque en su apogeo.

La comunidad se dedica al turismo y a elaborar artesanías, haciendo un uso racional de algunas especies maderables en las zonas que así lo permiten. En torno a Palenque, las corrientes permanentes de nueve ríos mantienen siempre verde la selva, plena de Amates, Matapalos y Zapotes. La alta vegetación es refugio de Tucanes, Hocofaisanes, Pericos, Aguililla Cola Roja, Gavilanes y Halcones. Entre los mamíferos que aquí se encuentran, los más representativos son el Ocelote, los Monos Araña y Aullador, el Armadillo y el Mapache, el Tepezcuintle y la Ardilla, así como Murciélagos Vampiro y Mielero.

Es indudable que esta grandiosa civilización supo encontrar sustento en la selva circundante, respetando su biodiversidad y dejando huella en el templo de las Inscripciones de la enorme relación existente entre hombre y medio ambiente, lo que debe ser un ejemplo.

Algunos de los reptiles más comu- nes son la Lagartija Parda, la Masacuata, la Culebra Pajarera, la Bejuquilla Verde y el Coralillo.

La profunda impresión que deja este Parque Nacional a sus cientos de visitantes se divide. Unos eligen las ruinas de la urbe maya, mientras que otros prefieren el entorno natural, pero al final, todos quedan deslumbrados por la conjunción de ambos elementos y terminan por seguir el ejemplo maya relacionando historia y naturaleza en una forma mágica y armónica.

24 Aniversario

En ocasión de su 24 aniversario, la dirección de Parques Nacionales realizó un evento conmemorativo al que asistieron investigadores, representantes de distintas dependencias de gobierno y prestadores de servicios.

En este acto el Doctor en ciencias Enrique Estrada, investigador por la UNAM, dio a conocer que a los 24 años del decreto el Parque Nacional Palenque ha sufrido un deterioro del 60 por ciento, en cuanto a vegetación, impacto que ha sido producido por la actividad agrícola. En contraparte señaló que actualmente sobreviven 256 ejemplares del Mono Aullador, que es una especie en peligro de extinción, carismática de la región.

Por su parte la Subdirectora de Parque Nacionales, Odetta Cervantes informó que a partir de que la CONANP retomó la dirección en el año 2002 se ha logrado mejorar la infraestructura del lugar, promover la investigación y monitoreo ambiental, elementos que han permitido preservar su vegetación y fauna, así como ofrecer una nueva imagen.

Dijo que Cervantes dijo que en este tiempo palenque se integró al programa nacional de cobro de derechos en ANP’s y enfatizó en que estos recursos contribuyen a mejorar la calidad de vida de las comunidades y hacer trabajos de conservación.

Asimismo, Cervantes se reunió con prestadores de servicios, quienes mostraron su interés en participar en el Rescate del Río Michol y en proyectos de reciclaje de residuos sólidos, temas que serán trabajados para el mes de agosto.

Se recordó que seis años después del decreto presidencial fue declarado Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO, confirmando así los elementos de belleza escénica y vestigio cultural, que le permitían su conservación y aplicación de medidas de regulación para evitar la degradación y una visitación controlada.

En este contexto los expositores enfatizaron en los estatutos del decreto presidencial en donde es señalado que el Parque Nacional Palenque es un sitio valorado por su aporte científico, educativo, de recreación, tradición y de interés nacional que amerita su preservación en beneficio de los asentamientos humanos.

Las razones establecidas en el decreto explican que Palenque debía incluir en sus objetivos proteger al medio natural, donde el visitante experimente un vivo contacto con la Naturaleza que lo rodea, procurando esparcimiento y educación, debiendo mantener a la vez el equilibrio ecológico.

Mayor información:

Dirección de Parques Nacionales

2ª Oriente Norte No. 227, Centro. Palacio Federal 2° piso.

Ala Sur C.P. 29000, Tuxtla Gutiérrez,

Tel. 961 61 13975,61 34980